El público cambia de dial 14 veces al día, un 20% menos que antes del apagón analógico.
La eclosión de canales de televisión que provocó el apagón analógico de 2010 ha traído, paradójicamente, un descenso del zapeo. El cambio de canal a toda velocidad es ahora menos intenso que hace tres años. En 2008, por ejemplo, los espectadores realizaban una media de 20 sesiones de zapeo al día, mientras que el promedio de 2013 es de 14,5 veces, según un estudio realizado por la consultora Barlovento Comunicación a partir de los datos suministrados por Kantar Media, la empresa que mide la audiencia televisiva.
Desde 2010, cuando se implantó completamente la televisión digital terrestre (TDT), la tendencia ha ido a la baja. «Al haber más canales la gente se ha vuelto más fiel. Puede parecer contradictorio, pero los audímetros revelan que ha aumentado la lealtad de los espectadores», explica Ricardo Vaca, presidente de Barlovento Comunicación, que detalla cómo antes del encendido digital las tres grandes televisiones (TVE, Antena 3 y Telecinco) sumaban entre 23 y 25 millones de contactos diarios (de al menos un minuto de duración), mientras que ahora esas mismas frecuencias alcanzan entre 18 y 20 millones.
Los hombres son más aficionados al uso frenético del mando a distancia
Muchos espectadores no se despegan de algunas pequeñas emisoras temáticas, como Divinity (dedicada al público femenino), Nova (especializada en telenovelas) o Discovery Max (documentales factual), que tienen a verdaderos adictos entre sus filas. Por días de la semana, el sábado y domingo concentran el mayor consumo televisivo y también el zapeo más frenético. La franja de noche es en la que más se practica esta actividad, a la que son especialmente aficionados los hombres y los mayores de 45 años.
Para calibrar el zapeo se tiene en cuenta que al menos durante un minuto el espectador haya abandonado el canal de televisión que estaba viendo. Si en ese minuto se producen vertiginosos cambios de frecuencia, la audiencia se le asigna al canal en que el espectador ha permanecido más tiempo, aunque sean apenas 15 segundos. «Se trata de obviar el zapeo compulsivo», sostiene Barlovento. De lo contrario, sería una locura seguir los pasos de esa audiencia que no suelta el mando a distancia.
El País