Para compensar la falta de ingresos provocada por la ausencia de publicidad se propone crear un impuesto del 0,9% sobre la cifra de negocio de los operadores de telefonía móvil e internet.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, confirmó que la publicidad desaparecerá paulatinamente de la televisión pública gala. Según el plan expuesto por el jefe del Estado francés tras recibir el informe de la comisión parlamentaria encargada de diseñar el futuro de la televisión pública, esta operación se hará en dos etapas.
La primera debutará en enero de 2009, fecha en la que los espacios publicitarios no podrán emitirse en la franja horaria que va de las 20.00 horas a las 06.00 horas. La segunda comenzará el 1 de diciembre de 2011, coincidiendo con el apagón analógico, momento a partir del cual la prohibición será total.
Tras la reforma, que Sarkozy calificó de «histórica», sólo se mantendrán los patronazgos de las emisiones, la publicidad en la RFO (Red Francesa de Ultramar, según sus siglas en francés) justificada por las dificultades para derivar a los anunciantes hacia otros medios, la publicidad en las páginas web o la de interés general que, según anunció el presidente galo, se redefinirá próximamente.
Para compensar la falta de ingresos provocada por la ausencia de publicidad, estimada en unos 450 millones de euros, el jefe del Estado ha propuesto crear un impuesto del 0,9% sobre la cifra de negocio de los operadores de telefonía móvil e internet. Además, las cadenas privadas tendrán que aportar un 3% de sus ingresos publicitarios por un rendimiento global de unos 80 millones de euros.
Consciente de los recelos que esta medida suscita en el sector, Sarkozy se ha mostrado dispuesto a escuchar las preocupaciones de las cadenas privadas y a lograr «un equilibrio entre televisiones públicas y privadas» argumentando que «la pública es débil cuando la privada también lo es, y viceversa». Lo que sí ha descartado Sarkozy es recurrir a los presupuestos del Estado, dada la difícil situación de las finanzas públicas.
El mandatario galo se ha pronunciado igualmente a favor de que el presidente de France Télévisions se nombre en el futuro por el Ejecutivo con el visto bueno previo del Consejo Superior de lo Audiovisual (CSA) y si el Parlamento, por mayoría cualificada,no tiene nada que objetar. En la actualidad, el presidente del holding público lo nombra el CSA.
También anunció que el Gobierno destinará 150 millones de euros a France Télévisions, una prueba, según Sarkozy, de que no se está preparando la «privatización» de las cadenas públicas. El proyecto de ley de reforma se presentará en el Parlamento en otoño.