La TDT supuso la multiplicación de la oferta de canales de televisión en abierto dando un salto en la calidad de la imagen y el sonido y facilitando a su vez la llegada de la alta definición y la oferta de pago.
«La proliferación de licencias que han dado los gobiernos, desde el último de Aznar a todos los autonómicos, ha sido una desmesura. Esto, unido a la crisis, pone en riesgo el modelo y la viabilidad del sistema audiovisual».
El presidente de la ATV reconoce que, «globalmente», se debe aumentar la calidad de la oferta, y propone «aprovechar los nuevos canales para innovar, para dar a oportunidad a nuevos valores, y esto con un coste muy bajo».
Para Sergio Talarewitz, presidente de la comisión de radio y TV digital de Asimelec, «el aspecto tecnológico ha sido un cambio complejo que se ha realizado con éxito y pocos fallos.
La cobertura de la TDT está en el 98% de la población, de las más altas de Europa. El problema es que no se ha utilizado la tecnología para mejorar el uso de los canales, y la calidad de contenidos es muy baja.
Es especialmente grave,apunta, que no se haya aprovechado para implantar la alta definición real y la TDT de pago, única vía para dar productos premium sin tener que abonarse al satélite o cable». Para Talarewitz, «la publicidad no da para tanto canal abierto, y el modelo no resiste».