Cuatro acusados de piratear y comercializar de manera fraudulenta un canal de fútbol a través de la plataforma Daimiel TV, entre 2014 y 2018, han aceptado la condena a 4 meses de prisión y 7 meses de multa, con una cuantía de 5 euros diarios. Suponen las penas mínimas a las que podían enfrentarse. Con ello, reconocen el delito contra la propiedad intelectual y contra el mercado. El hecho delictivo se ha concentrado en la temporada futbolística 2016/2017. La vista se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
La defensa ha logrado conseguir la retirada de la acusación a Daimiel TV como persona jurídica, argumentando que no se mencionaba a la empresa como investigada.
La fiscalía consideraba a los cuatro investigados autores de un delito contra la propiedad intelectual, y otro contra el mercado y los consumidores, por los que solicitaba inicialmente tres años y medio de cárcel para uno. También una abultada indemnización de más de un millón de euros a Mediapro.
La fiscalía considera que la empresa Daimiel TV comercializaba y distribuía entre sus abonados la señal de canales extranjeros, concretamente beIN Sports HD 17, producido por Mediapro, que retransmitía partidos de la Liga Española de Fútbol Profesional, así como competiciones de la Champions League y la Europa League. Una emisión que, dentro del territorio español, era ilícita y que no contaba con la preceptiva autorización de Mediapro.
La señal de Mediapro manipulada
Para suministrar el servicio los acusados recibían la señal codificada a través de un receptor legal para después “manipularla técnicamente mediante desviación y conexión a un canal prefijado con el que contarían con derechos de imagen y al que meterían la desviación de la señal del canal de pago”.
Para ello, previamente, “informaban a sus clientes que serían conocedores que por un canal determinado se estaría retransmitiendo los partidos de fútbol que eran emitidos por canal beIN Sport 17 HD, que solo se transmite en Marruecos, sin estar permitido realizarlo en España”.
El fiscal consideraba en su escrito que no ha quedado acreditado que los abonados suscritos a Daimiel TV (1.578 clientes) tuvieran conocimiento de que la señal que emitían los acusados se hacía de manera fraudulenta, “actuando con la convicción de que contrataban a un proveedor habilitado para la comercialización de dichos canales”.
