Las autoridades de Malí han ordenado la suspensión inmediata de las emisiones de dos cadenas de televisión francesas, LCI y TF1, a las que acusan de vulnerar de manera “grave” la ética periodística.
Según Bamako, ambos medios habrían “glorificado el terrorismo”, difundido informaciones falsas y difamado a las instituciones del país durante un programa emitido recientemente.
La medida, adoptada por la Alta Autoridad de Comunicación (HAC), implica la retirada de ambas cadenas de todos los operadores y proveedores autorizados de radio y televisión en Malí “hasta nuevo aviso”. La decisión fue publicada en las redes oficiales del organismo regulador.
Un programa que desató la polémica
Según el comunicado de la HAC, las faltas detectadas se produjeron en la emisión del programa de LCI “Gran Dossier”, difundido el 9 de noviembre de 2025 y posteriormente publicado en la página web del canal. Las autoridades afirman que la pieza informativa incluía:
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Afirmaciones no verificadas, como que la junta militar “carece de combustible” o que “los terroristas están a punto de tomar Bamako”.
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Un tono alarmista, que —según el regulador— describía un “colapso inminente del Estado maliense”.
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Mensajes que podrían incitar a la desobediencia civil y generar desconfianza en las instituciones.
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Información considerada “falsa y perjudicial” para la cohesión nacional.
El comunicado añade que el contenido del programa infringe varias leyes nacionales relacionadas con la libertad de prensa, la protección del orden público, la unidad nacional y la integridad territorial.
Tensión creciente entre Malí y medios franceses
La decisión se enmarca en un contexto de relaciones cada vez más tensas entre el gobierno de transición de Malí y diversos actores internacionales, incluidos medios de comunicación de Francia.
En los últimos años, Bamako ha acusado repetidamente a varias cadenas francesas de ofrecer una cobertura “parcial” del conflicto y de los retos de seguridad en el país.
Con esta suspensión, LCI y TF1 se suman a la lista de medios que han visto restringida su actividad en Malí, un país donde la situación política y la libertad de prensa han adquirido un alto nivel de sensibilidad.
