TVE no recuperará por el momento la publicidad, pero sí aumentará la fórmula del patrocinio que ya viene utilizando en programas culturales y deportivos para intentar paliar sus graves problemas económicos e intentar alcanzar la estabilidad financiera.
Así lo ha anunciado el nuevo presidente de la corporación del ente público, José Antonio Sánchez, en su primera comparecencia ante la comisión de control parlamentario de RTVE desde su reciente nombramiento.
Sánchez asegura que no ve necesario por el momento hacer «cambios drásticos» para garantizar el futuro del ente, pero sí será preciso acometer una reducción de gastos. Para ello prevé poner en marcha un plan de ahorro de 20 millones de euros, además de una mejora en la gestión de los recursos humanos que ahorrará 4 millones de euros.
En este sentido, explicó que se ha aprobado un nuevo organigrama directivo «más racional» en el que se ha pasado de 154 puestos directivos a 129, y de 35 a 24 los directivos contratados, «cifras que no se habían alcanzado jamás en la historia de la casa».
«Tenemos el menor número de directivos de la historia de la corporación», afirmó Sánchez. En su plan de eficiencia se contempla que el número de directivos ha pasado de 154 a 129. El número de direcciones pasa de 83 a 64 y el de subdirecciones de 71 a 65.
Uno de los temas más criticados por los trabajadores ha sido siempre el número de directivos externos contratados. Según Sánchez, el número ha bajado de 35 a 24. «Una cifra que dista de los 68 registrados en julio de 2011 o de los 96 de noviembre de 2009».
El problema de la televisión pública no es sólo el de hacer posible alcanzar la estabilidad financiera.
Como se señala en el estudio que lleva por título
El reto digital de las televisiones públicas en Europa.
Las estrategias de la BBC y de RTVE
Disponible en internet en la dirección:
http://telos.fundaciontelefonica.com/telos/articuloperspectiva.asp@idarticulo=3&rev=68.htm
El reto consiste en la necesidad de definir claramente cuál es la misión de la televisión pública, establecer criterios e indicadores de cumplimiento de las obligaciones del interés público, disponer métodos de financiación a largo plazo y políticas de revisión a largo plazo para conocer el alcance de la acción audiovisual pública.
Tal como van las cosas esto es, de momento, Misión Imposible.