La Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) pide ayudas a los hogares con vistas a los desembolsos que habrá que hacer por el segundo dividendo digital.
AUC valora positivamente que con el nuevo Gobierno la Agenda Digital adquiera rango ministerial, pero señala que los beneficios que aporta el desarrollo de la banda ancha para los ciudadanos «deben equilibrarse con la garantía de viabilidad para la televisión digital terrestre (TDT)».
Según AUC, la TDT es la opción mayoritaria de consumo audiovisual para los ciudadanos en España, y la única que en este momento garantiza el acceso universal y en abierto, la cohesión social y la posibilidad de mantener el servicio público de radiodifusión y garantizar la oferta de medios comunitarios y de proximidad, sin menoscabo de la necesaria neutralidad tecnológica.
Con vistas al segundo dividendo digital, que va a suponer liberalizar la banda de 700 MHz para los servicios móviles, AUC subraya que «se está pidiendo un nuevo esfuerzo a los ciudadanos para la reantenización de muchos edificios y para la renovación de su equipamiento audiovisual, especialmente si, como es deseable, se aprovecha esta nueva reordenación del espectro para acometer las actualizaciones del estándar televisivo (DVB-T2, HEVC, HBBTV) para la alta definición, la ultra alta definición y los servicios interactivos».
En este sentido, la asociación exige que se arbitren ayudas para esa adaptación tecnológica, utilizando parte del dinero que los operadores de telecomunicaciones han aportado en la subasta del espectro.
La Asociación de Usuarios de la Comunicación pide también, ante los nuevos cambios, una regulación que impida la venta a partir de una determinada fecha de receptores obsoletos, «evitando los abusos que se produjeron con el paso de la televisión analógica a la digital».
La asociación pide una planificación realista del proceso del segundo dividendo digital, que en principio debería finalizar en 2020, extendiendo si es necesario su culminación hasta el año 2022 tal y como contemplan las propuestas europeas.
Y, a más largo plazo, pide que se garantice el mantenimiento exclusivo de la banda sub700 para la TDT al menos hasta el 2030, evitando su utilización flexible por ésta y por los servicios de banda ancha, de modo que los operadores televisivos tengan plazo suficiente para acometer sus cambios tecnológicos y puede exigírseles también una mayor calidad y variedad en sus contenidos.