Las nuevas tecnologías han irrumpido con una inusitada fuerza, alterando nuestra forma de entender el ocio, entre otras cuestiones sociales. El abanico de opciones de entretenimiento se ha multiplicado en consonancia con el crecimiento de las nuevas generaciones, las cuales también demandan más innovaciones y cambios con unos plazos de tiempos más cortos.
De esta manera, nuevos juegos han ido copando el mercado y otros juegos más tradicionales han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías para encontrar su versión más tecnológica, lo que les ha servido para acercarse a las nuevas generaciones y atravesar un gran momento de popularidad a nivel mundial. Un ejemplo lo encontramos en el sector de los juegos de azar, porque jugar blackjack, por nombrar un juego de naipes con un carácter histórico, se ha puesto de moda entre los más jóvenes. Este cambio tecnológico, a modo de revolución industrial, conlleva otras consecuencias no tan favorables: el miedo a los ciberdelincuentes, al pirateo de nuestros datos personales, desde un correo electrónico a datos más comprometidos.
Un teléfono móvil de última generación. O un ordenador portátil con la última tecnología para jugar a los últimos juegos del mercado, próximos a la realidad virtual. O una tableta. O incluso conectarse a la televisión para tener una pantalla aún más grande, de dimensiones descomunales, pero perfecta para moverse en una buena partida de naipes con los amigos. Y no es una tontería ni una obviedad, pero la tecnología hace que esa partida de cartas sea muy cercana a la realidad, algo muy bien valorada por todos los usuarios.
Y también muy recomendable de probar, sea a través de este juego de cartas o a través de cualquier otra opción de entretenimiento. Si recurrimos al blackjack, nos encontraremos un juego muy sencillo (aunque dispone de hasta 20 variedades), o lo que viene a ser que no es necesario aprenderse un sinfín de reglas y combinaciones para tener una cierta opción de imponerse a los amigos.
Básicamente, si profundizar en exceso, en el blackjack gana ese participante que suma 21 puntos cómo máximo u obtenga dentro de esos parámetros la mejor puntuación de cuantos usuarios tomen parte de esa determinada partida (cada carta de la baraja tiene una determinada puntuación). El usuario que se pase de 21 puntos, como es lógico, perderá; no obstante no es necesario alcanzar esa cifra, se puede ganar con dígitos menores, aunque habrá también que imponerse al crupier, que también cuenta con sus probabilidades. Éstas suelen ser más en versión online que en una partida física, ya que en esta modalidad se puede ir controlando las cartas, aunque ello implica tener una considerable agilidad mental.
Consejos básicos, pero seguros
Si nuestros lectores se animan a probar a este juego de cartas a través de las diferentes plataformas existentes en Internet, les debemos hacer una serie de recomendaciones (algunas básicas, pero no por ello menos importantes) a la hora de adentrarse en el mundo de los juegos online. Y en este sentido, la temática es indiferente e incluso si se participa como un simple usuario o, por el contrario, se desarrolla una carrera como un profesional.
Que existen y son muy buenos en su terreno, incluyendo a jugadores profesionales españoles. A lo largo de las siguientes líneas daremos una serie de recomendaciones para regatear a esas personas denominadas ‘hackers’. El pirateo es un problema y nosotros podemos evitarlo con una serie de pasos básicos, sencillos y lógicos.
Si queremos jugar online, lo mejor es adentrarnos en una plataforma que sea reconocida a nivel mundial (su marca) y que, por supuesto, tenga la licencia concedida por las autoridades españolas (o de cada país). Normalmente, estas empresas gastan muchos millones de euros (o de dólares) en velar por la seguridad de sus usuarios, ya que su propósito está enfocado en que los participantes se diviertan y no tengan ningún tipo de preocupación acerca de la seguridad de sus datos personales.
Asimismo, y como sucede con otras entidades, estas empresas nunca te solicitarán tus datos o que los confirmes o similar. Los cortafuegos de estas plataformas digitales suelen ser suficientes, pero, por nuestra parte podemos ampliarlos instalando una VPN en nuestros ordenadores (o demás dispositivos móviles), lo que nos aportará un mayor grado de seguridad, evitando que ese inesperado virus se haga un sitio en nuestros ordenadores. Obviamente, si tenemos un antivirus en nuestro dispositivo esto también será de ayuda.
Si incluimos datos financieros en alguna de estas plataformas de juegos online tampoco debemos preocuparnos por la seguridad, ya que el funcionamiento es idéntico a cuando hacemos algún tipo de compra en una tienda de ropa, por ejemplo. Asimismo, esas conocidas como pasarelas de pago siempre cuentan con el aporte de seguridad de empresas especializadas, capaces de encriptar todos los datos y evitar sustos por parte de los hackers. Si somos algo escépticos en este sentido, siempre podremos utilizar alguna tarjeta bancaria virtual o similar, evitando desde luego cualquier problema económico en caso de darse, que no debería producirse. Y desconfía de cualquier tipo de oferta monetaria que sea muy ‘favorable’ a tus intereses o de clicar en enlaces algo sospechosos.
Tener un servicio de atención al cliente
Sea cual sea tu elección, también te recomendamos examinar si esa plataforma de juegos ofrece un servicio de atención al cliente que sea de veinticuatro horas y durante los siete días de la semana. Es decir, si tenemos un problema grave (que no debería darse el caso), tendremos la seguridad de que alguien nos atenderá al momento y no deberemos escribir un correo electrónico y esperar horas antes de saber la respuesta.
Obviamente, un chatbot es interesante para preguntarle cuestiones básicas, pero nunca debe ser la solución a un servicio de atención al cliente en ‘persona’, aunque estamos hablando en términos virtuales. Finalmente, siempre es recomendable darse una vuelta por páginas y foros especializados en donde saber de las experiencias de otros usuarios, con lo que sabremos qué sitios son los más recomendables para disfrutar de los juegos online, y no sólo en temas de seguridad, sino de usabilidad y de recursos tecnológicos, ya que las nuevas generaciones siempre demandan de opciones virtuales lo más realista posibles. Cerramos este artículo con un último consejo básico, y que puede aplicarse a cualquier otra actividad de nuestra vida diaria: dejarnos guiar por nuestro sentido común. De esa forma no tendremos ningún tipo de problema y sólo tendremos que ocuparnos de exprimir al máximo nuestro tiempo de ocio de la mano de las nuevas tecnologías.