La Policía Nacional ha inspeccionado 166 bares en un operativo que deja 166 investigados como presuntos responsables de un delito contra la propiedad intelectual. Se considera que el perjuicio económico ocasionado a los titulares del contenido multimedia distribuido ilegalmente asciende a más de un millón de euros.
La investigación se inició en enero de 2022 a raíz de la denuncia interpuesta por LaLiga contra establecimientos de hostelería de diferentes provincias españolas que estarían distribuyendo ilícitamente la señal de partidos de fútbol de equipos españoles sin la autorización de los propietarios de dicho contenido.
En el transcurso de la investigación los agentes llevaron a cabo las comprobaciones oportunas de los establecimientos comerciales que emitían partidos de fútbol de las competiciones LaLiga Santander y UEFA Champions League. Tras varias pesquisas se confirmó que 166 establecimientos de distintas ciudades españolas, que estaban implicados en la emisión fraudulenta de los partidos de fútbol. Estos establecimientos estaban en Sevilla, Málaga, Córdoba, Zaragoza, Valladolid, Murcia, Palma de Mallorca, Gijón, Madrid, Vigo, Las Palmas, Bilbao y Barcelona-
A partir de ese punto, se puso en marcha un amplio operativo para realizar de manera coordinada la inspección de todos los establecimientos comerciales investigados durante el transcurso de una de las jornadas de la competición de fútbol de LaLiga Santander. Como resultado del mismo se desarticuló toda la infraestructura que permitía la visualización ilegal del contenido multimedia de pago con la identificación de los responsables y el cese del servicio ilegal que prestaban.
A los titulares de los establecimientos comerciales investigados se les imputa un delito contra la propiedad intelectual como presuntos responsables de distribuir el contenido audiovisual de manera fraudulenta. Y es que a través de decodificadores o micro controladores, accedían de manera ilícita a contenido protegido emitido por canales codificados. Con esto obtenían un beneficio económico fraudulento ya que ofrecían la posibilidad de ver eventos deportivos, únicamente emitidos a través de canales codificados, que les hacía poseedores de un servicio extra que otros establecimientos no ofrecían.