La seguridad y privacidad son dos factores entrelazados y que representan una de las principales preocupaciones en el mundo online. Ciudadanos de la mayoría de países del mundo se han acostumbrado a conectarse a Internet para realizar muchas de sus acciones diarias, ya sea por motivos laborales o personales. Garantizar la protección de los datos y evitar la intromisión de terceros en estas acciones es, en una sociedad globalizada e interconectada, el gran reto del sector. Las herramientas han avanzado en ese sentido y el público tiene varias posibilidades para alcanzar este objetivo.
Los usuarios tienen la posibilidad de buscar una IP dedicada, que asocia una cuenta de alojamiento web exclusiva y privada para un único servidor, como una fuente fiable y garantista de seguridad. Este fin se enmarca en el recurso a una VPN (Virtual Private Network), que se ha convertido en una herramienta clave en materia de seguridad informática. Generalmente, los usuarios que se conectan a través de un programa de estas características comparten la dirección de IP. El objetivo es ofrecer al internauta una conexión exclusiva y única para cada persona, durante un largo periodo de tiempo.
¿Por qué es beneficiosa una IP dedicada?
La exclusividad y el carácter único de la conexión aporta muchas ventajas en materia de seguridad y de conectividad, ya que todos los recursos se dirigen hacia un usuario concreto, lo que supone una optimización de las posibilidades. Es la misma IP en cada conexión y esto se traduce en una agilización de los procesos, especialmente en los primeros minutos. Garantiza, además, un notable aumento de la seguridad en las transacciones que se realizan por Internet, una acción que está en aumento. Como el beneficiario es único, no comparte el espacio con otras personas, de manera que nadie pudiera tener acceso a la información sensible, una situación que es especialmente relevante cuando se realizan intercambios monetarios en la red. En ese sentido, el riesgo de posibles bloqueos de IP por parte de otros usuarios se elimina.
Protección de los dispositivos
Una de las funciones habituales que los ciudadanos aplican en el llamado Internet de las cosas es la conexión de diferentes dispositivos domésticos a la red. Las cámaras de la alarma, el aparato Alexa, la televisión inteligente o el robot de cocina, entre un amplio grupo de elementos, pueden ser dominados desde el teléfono móvil. Los delincuentes cibernéticos podrían tener acceso a estos aparatos, su información o incluso manejarlos; lo que supone una grave y evidente intromisión en la identidad de uno mismo. La ‘Smart Home’ no está exenta del riesgo, pese a su apariencia física, y recurrir a una conexión monopolizada corta de raíz este peligro.
¿Cuándo se debe utilizar?
Los internautas que están acostumbrados a conectarse a servidores extranjeros, una función básica de una VPN, así como a realizar compras online o transferencias de dinero representan un perfil muy completo que encuentran en la IP dedicada una herramienta muy muy útil en la aportación de tranquilidad. Las personas que teletrabajan también pueden obtener mucho rédito de esta herramienta, ya que, con sus labores diarias ponen en peligro tanto su información personal como aquella ligada a la empresa.