La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha impuesto una multa de 20 millones de euros a Telefónica por integrar teléfonos móviles en sus paquetes comerciales de forma que, según el regulador, vulneraba las condiciones impuestas tras la compra de DTS (antes Sogecable) en 2015.
La empresa ha anunciado que recurrirá la sanción ante la Audiencia Nacional, calificándola de «desproporcionada».
Un viejo compromiso incumplido
La raíz del conflicto se remonta a la adquisición por parte de Telefónica de DTS, plataforma que operaba Canal+. Aquel acuerdo fue aprobado por la CNMC bajo ciertas condiciones, entre ellas una especialmente clara: no se podían vincular los servicios de televisión de pago a compromisos de permanencia obligatorios.
Sin embargo, según el regulador, las ofertas comerciales Fusión y miMovistar —vigentes entre agosto de 2021 y abril de 2023— restringían la libertad de los clientes, incluso en casos donde el servicio de televisión no era el producto principal.
Estas prácticas, sostiene la CNMC, generaban barreras a la competencia y condicionaban la elección del consumidor al ofrecer ventajas adicionales (como un smartphone) a cambio de permanencias prolongadas, algo expresamente prohibido desde el pacto de 2015.
No es la primera vez
Esta no es la primera sanción a Telefónica por razones similares. En marzo de 2023, la CNMC ya multó a la operadora con 6 millones de euros por su oferta ‘Fusión + smartphone’, que obligaba al usuario a mantener el contrato durante 36 meses como parte de un arrendamiento de terminal.
En aquel caso, la compañía fue obligada a modificar la oferta y notificar los cambios tanto a los clientes como al regulador. Telefónica también recurrió esa sanción, y el procedimiento judicial aún no ha concluido.
Telefónica responde
Desde la operadora aseguran que cumplirán con todos los procedimientos legales, pero rechazan frontalmente la resolución, a la que califican de “desproporcionada y no ajustada a la realidad del mercado actual”.
La decisión de la CNMC vuelve a poner el foco en las prácticas comerciales de las grandes operadoras y en el equilibrio entre promociones agresivas y la protección de los derechos de los consumidores. La clave, según Competencia, está en evitar que los usuarios se vean atrapados en ofertas que limitan su capacidad de elección y movilidad en el mercado.
Pues como sigan así se harán con todo. A esto se llamará monopolio. Extiende sus tentáculos tal que si fuese un calamar.