La radiotelevisión pública de los Países Bajos, NOS, ha anunciado que dejará de publicar contenido en X, la plataforma propiedad de Elon Musk, alegando un crecimiento incontrolado de la desinformación y de las respuestas cargadas de odio.
La decisión marca una de las rupturas más significativas de un gran medio europeo con la red social desde su cambio de rumbo en 2022.
En un comunicado, NOS explica que X ya no encaja con su visión editorial sobre cómo debe presentarse la información, y alertó de que incluso sus propios mensajes podían terminar contribuyendo —de forma involuntaria— a la propagación de contenidos engañosos.
La cuenta principal del medio acumulaba 2,4 millones de seguidores, lo que subraya la relevancia del paso dado.
Pese a esta retirada, la corporación mantendrá su actividad en TikTok, Instagram, YouTube y WhatsApp, redes donde asegura poder interactuar con la audiencia en un entorno más seguro y coherente con sus estándares.
X, bajo presión desde la llegada de Elon Musk
Desde que Elon Musk adquirió la plataforma en 2022, X ha sido repetidamente cuestionada por la relajación de sus políticas de moderación. Medios públicos, instituciones europeas y organizaciones de verificación de datos la han acusado de permitir un incremento de discursos de odio y de facilitar la difusión de bulos.
La compañía, por su parte, defiende su modelo como un espacio de libertad de expresión que respeta la legislación de cada país. No obstante, las críticas se han intensificado en los últimos meses, especialmente desde organismos oficiales y medios de comunicación.
Pocos medios abandonan X… y muchos regresan
Aunque los reproches hacia la plataforma son constantes, muy pocos medios han roto definitivamente con ella. En la mayoría de los casos, las compañías han dejado de publicar pero sin cerrar sus cuentas, lo que permite un eventual retorno.
Un ejemplo notable fue el de The Guardian, que anunció su salida hace un año por la abundancia de “contenido perturbador” —incluyendo discursos racistas, teorías conspirativas y desinformación—, pero volvió a publicar discretamente tiempo después.
Asimismo, numerosas figuras políticas, periodistas y personalidades públicas continúan utilizando X como su principal altavoz, pese a criticar abiertamente sus excesos. Mientras plataformas alternativas como Bluesky, Threads o Mastodon replican el modelo clásico de Twitter, ninguna ha logrado sustituirla como espacio central del debate público.

Un dilema que persiste desde la Web 2.0
La decisión de NOS refleja una tensión que existe desde los inicios de la Web 2.0: la relación entre medios, empresas y personajes públicos con la opinión pública en bruto, expresada sin filtros a través de comentarios y redes sociales. Una exposición constante que resulta, a la vez, imprescindible y difícil de gestionar.
Renunciar a esa visibilidad puede ser un gesto simbólico, pero en la práctica sigue siendo un paso que muy pocos están dispuestos a dar, incluso cuando denuncian las dinámicas tóxicas del propio espacio digital.