La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó la nueva ley de televisión de pago que impone cuotas a la emisión de contenido nacional y elimina las restricciones a las distribuidoras de origen extranjero.
Las empresas extranjeras, que hasta ahora no podían controlar las distribuidoras de televisión de pago, podrán ser dueñas de todo el capital social de estas compañías, sin restricciones.
También se eliminaron las restricciones a las compañías telefónicas, nacionales y extranjeras, que en virtud de la nueva legislación podrán establecer libremente sus plataformas de televisión por satélite o cable.
La nueva norma sí introduce restricciones de nacionalidad a los dueños de los canales y a las productoras de contenidos, empresas que deben estar controladas por brasileños y tener un máximo del 30 % de participación extranjera.
Las productoras de contenidos no podrán tener participaciones en el ramo de la distribución superiores al 50 % del capital, según el texto de la ley.
En relación con el contenido, se obliga a los canales a emitir tres horas y media semanales de contenido de producción brasileña, en horario de máxima audiencia.
La mitad de ese tiempo debe ser elaborado por productores independientes y cabrá a la Agencia Nacional de Cine (Ancine) la fiscalización del cumplimiento de estas normas.
En la oferta de paquetes de canales, un tercio de los canales deben ser brasileños, un tercio de producción independiente y al menos dos canales deben emitir doce horas diarias de contenido nacional independiente.
La obligación de emitir contenidos nacionales es aplicable a todas las emisoras de televisión de pago, tanto a las de capital brasileño como a las netamente extranjeras.
Efe