El Festival de Eurovisión tuvo este año una audiencia de 197 millones de espectadores en 40 países, dos millones más que la pasada edición, según ha informado la UER (Unión Europea de Radiodifusión).
La que está considerada como mayor retransmisión no deportiva de la televisión mundial promedió una cuota de pantalla del 39,6% en estos 40 países, seis puntos más que el año pasado, y muy por encima de la media del 16,4% que tienen los canales que lo retransmitieron en sus franjas de ‘prime time’.
El certamen fue seguido por casi la mitad (44,8%) de la audiencia de entre 15 y 24 años, 8% más que en el 2014 y cuatro veces más que el público de esta franja de edad que ve un día similar el horario estelar de la pequeña pantalla (11,1%).
«Estamos inmensamente orgullosos de que el festival haya sido seguido este año, en su 60º edición, por casi 200 millones de personas en todo el mundo», ha afirmado la directora general de la UER , Ingrid Deltenre, que ha destacado la «excelente» producción del festival que ha hecho este año la televisión austriaca ORF.
La cadena del país anfitrión anotó la mayor audiencia de su última década gracias a la retransmisión de la final del sábado, con 1,7 millones viendo las cuatro horas de espectáculo, lo que representa el 59,9% del total de la audiencia.
Islandia, el más fiel
Islandia, aunque no pasó de semifinales, fue el país con mayor seguimiento de la final, con el 95,5% de la audiencia siguiendo a esa hora lo que acontecía en Viena, por delante del país ganador, Suecia, con el 85,6% de ‘share’.
El debut de Australia en el festival se tradujo en la mayor audiencia que ha tenido el certamen desde que se emite en ese país, con 5,7 millones de espectadores, un 27% más que en el 2014, según la agencia Servimedia.
