Las autoridades chinas, que ya censuran numerosos programas y series de televisión extranjeras, ahora han puesto el punto de mira en las producciones chinas con formato importado del exterior.
Todas las televisiones deberán someter con dos meses de antelación a la aprobación oficial los programas con formatos originados en el extranjero y traídos a China con licencia, según una orden de la Administración Estatal de Prensa, Publicaciones, Radio, Cine y Televisión.
Y los programas de este tipo que no hayan sido autorizados tendrán prohibida su emisión a partir del próximo 1 de julio.
La medida busca poner límite a la creciente tendencia de las televisiones chinas, incluidas las oficiales, a basar buena parte de su producción en formatos traídos del extranjero, especialmente en el segmento de la telerrealidad.
«La Voz de China», un concepto que se ha extendido en todo el mundo a partir de una productora holandesa, o «Running Man», un formato importado de Corea del Sur, son dos ejemplos de programas de este tipo, que han ganado una gran audiencia en los últimos años.
Pero las autoridades chinas creen que eso está perjudicando al sector nacional de la producción, además de que buscan programas con más «características culturales chinas», según la orden.
«La dependencia en formatos de programas importados está dejando fuera el incentivo a los productores domésticos» explica la orden oficial, que añade que «las audiencias desean ver más programas originales chinos que sean divertidos y promuevan gustos saludables».