La destrucción este jueves del satélite israelí Amos 6, de la empresa Spacecom, en una explosión en el centro espacial de Caño Cañaveral (Florida, EE.UU), lastrará el desarrollo de la industria aeroespacial israelí, aseguran fuentes oficiales y expertos.
«En el mejor de los casos, si Spacecom se recupera del golpe y puede financiar un nuevo satélite, tendremos que esperar unos dos y años y medio», declaró el presidente de la Agencia Espacial de Israel, Isaac Ben Yisrael, al diario israelí Maariv.
«En el peor de los casos, esto podría ser un golpe a Spacecom, que iba a venderse a una empresa china», añadió, venta que «está ahora en cuestión, así como el futuro completo de las comunicaciones por satélite de Israel».
El Amos 6 es el satélite más grande y sofisticado hecho en el país, fabricado por la Industria Aeroespacial de Israel (IAI) para la empresa privada Spacecom con un coste de más de 200 millones de dólares y que estaba destinado a reforzar las comunicaciones del gobierno israelí y proporcionar servicios desde la costa de EEUU hasta Europa, África y Oriente Medio.
Su pérdida tiene repercusiones inmediatas para Spacecom, que había firmado su venta al conglomerado chino Xinwei por cerca de 240 millones de euros, en un pacto condicionado a la aprobación del gobierno israelí y al lanzamiento exitoso del Amos 6.
Varias agencias gubernamentales habían contratado servicios a Spacecom por hasta 164 millones de dólares que serían suministrados por el Amos 6 cuando este reemplazase al Amos 2, puesto en órbita en 2003 y cuya vida útil acabará el 2017.
«Es un problema. Estamos examinando sus repercusiones y buscaremos soluciones. No podemos quedarnos sin capacidad de comunicación por satélite», señaló un alto cargo israelí no identificado al diario Yediot Aharonot.
El fracaso del lanzamiento pospondrá el lanzamiento de otros satélites y vuelos de suministro a estaciones espaciales, lo que afectará al programa de viajes al espacio.
También afectará a la red social Facebook, cuyo fundador, Mark Zuckerberg, ha lamentado que el accidente lastrará la actividad de su compañía en África.
Un Falcon 9 debía haber lanzado mañana al espacio al Amos 6, desde las instalaciones de la empresa Space X en el Centro Espacial Kennedy, junto a la estación de lanzamiento de Cabo Cañaveral.
Sin embargo, durante un simulacro de despegue en las instalaciones, una «anomalía» en la plataforma de despegue provocó la «pérdida del cohete y su carga», explicó la empresa.