El acusado es un proveedor de servicios y ventas de ordenadores y telefonía de la localidad francesa de Charleville-Mézières, en el departamento de Las Árdenas.
Se enfrenta a una pena de tres años de cárcel por piratear Canal+.
El acusado, que era reperador de televisores, vendía suscripciones de IPTV para acceder de manera fraudulenta a los contenidos de la televisión de pago francesa Canal+.
Por 20 euros al mes, el comerciante daba acceso a toda su cartera de clientes, compuesta por 250 usuarios, a todas las cadenas del Canal+.
Esta práctica ilícita le habría permitido cobrar 80.000 euros en dos años. Esa cantidad de dinero la ingresaba en una cuenta bancaria en la Isla de Man.