La pandemia del coronavirus ha hecho subir la piratería cultural en España un 30%. Así lo refleja un estudio de La Coalición de Creadores. Este colectivo reúne a los sectores del cine, la televisión, la música, el libro, la prensa y el videojuego.
El informe se basa en una amplia muestra de 9.000 personas y establece el auge de las nuevas formas de piratería. Estas son las cajas decodificadoras de televisión o los archivos compartidos en redes sociales, cuyo impulso preocupa crecientemente a empresarios y artistas.
En este sentido, Octavio Dapena, director de EGEDA, confirma que “ha habido un repunte de la piratería audiovisual con la cuarentena. Según el responsable de la entidad que gestiona los derechos de los productores audiovisuales, «la gente se ha relajado mucho, tanto el ciudadano como las instituciones, algunas de las cuales han llegado a recomendar sitios con acceso a contenidos ilícitos, aunque ya han rectificado”.
En cine y series, prosigue, “se está derivando a nuevos modelos de piratería, como la IPTV ilegal. Se trata de las conexiones virtuales a través de cajas descodificadoras. Se accede con ellas a cientos de canales de televisión de todo el mundo, así como a plataformas de video en demanda.
En una información que recoge La Vanguardia, Dapena se muestra perplejo puesto que antes la piratería no cobraba, se lucraba con la publicidad, y «ahora te cobran las cajas ilegales, a veces incluso una cuota porque te van descubriendo las claves cambiantes para acceder y encima se hacen ricos vendiendo tus datos”.
Opina que “en nuestro caso, las redes sociales colaboran pero no son suficientemente ágiles, salvo Youtube. El reto, para nosotros, es sobre todo Telegram, una red social rusa, que no colabora. Se usa para poner a disposición de cualquiera que se apunte a un grupo películas y series”.
Es la historia interminable. Por muchas medidas anti-piratería que se lleven a cabo, siempre saldrán nuevas y renovadas opciones. Por mucho que les pese a las empresas de la industria audiovisual, siempre habrá fórmulas alternativas, no legales. Y más con la nueva crisis que se avecina, vecina