Un tribunal egipcio ha ordenado el cierre definitivo de cuatro televisiones, entre ellas la antena egipcia de Al Jazeera y el canal de los Hermanos Musulmanes, la cofradía a la que pertenece el presidente islamista derrocado Mohamed Mursi.
Además de Al Jazeera, Mubasher Misr y Ahrar 25, el tribunal administrativo de El Cairo ordenó el cierre de otras dos cadenas islamistas, Al Quds y Al Yarmuk.
La transmisión de varias televisiones islamistas fue interrumpida pocas horas después del golpe de estado militar que depuso y detuvo al presidente Mursi.
Esa medida había sido criticada por las principales organizaciones egipcias de defensa de los derechos humanos.
Días pasado, Al Jazeera había denunciado una «campaña» en su contra, en particular después de que el canal de noticias hubiera difundido un vídeo en el que Morsi reivindicaba su condición de único presidente «legítimo» de Egipto.
El domingo pasado, tres periodistas independientes extranjeros que trabajaban para la edición en inglés del canal de noticias en árabe Al Jazeera fueron expulsados.
Los locales de Al Jazeera Mubasher Misr, la filial egipcia, habían sido allanados en varias ocasiones.
Un corresponsal de Al Jazeera en árabe, Abdallah al Shami, y un cameraman del canal egipcio, Mohamed Badr, estuvieron detenidos durante más de un mes, según el canal de televisión.
El gobierno y los medios de comunicación locales acusan a Al Jazeera de cubrir con parcialidad la sangrienta represión de las manifestaciones favorable a Mursi.
Las autoridades acusan de lo mismo al conjunto de la prensa extranjera.
El lunes, un tribuna egipcio ordenó el cierre definitivo del canal de televisión islamista Al Hafez por socavar la «unidad nacional» e incitar al odio contra los cristianos.
Los locutores de ese canal de televisión habían provocado la ira de los coptos, los cristianos de Egipto, y de los liberales por sus discursos virulentos.
AFP